30/10/14

Maria Vanesa - 28 años


Yo viví aquí en Sucre, he crecido en la ciudad de Sucre. Mis papas son de Tarabuco. Yo estaba trabajando desde muy chiquitita. He trabajado desde los 5 años. Mi primer trabajo era de cuidar a un niño de 2-3 años. No me ha gustado porque lloraba mucho el niño. Después me salí de este trabajo y mi abuelito me ayudo a conseguir a lavar ropa de niños. A los 7 años he ido a Santa Cruz, solita sin mis papas, con la hija de la madrina de mi mamá, a trabajar como niñera por 1 año. Cuando regrese a Sucre, quería trabajar en el centro porque tenía muchos amiguitos que trabajaban también allí, y también por la necesidad porque en esta temporada mis papas se habían separado. Entonces tenía que asumir la responsabilidad de ayudar a mi mamá. Empecé a trabajar en todo, reunía los cartones, vendía los cartones, lavaba vasos en la noche y en el día ayudaba a vender comida. En la mañana si estudiaba, mi mamá era lavandera en este tiempo o ayudaba en el mercado. Mi mamá no tiene profesión, por eso tiene que trabajar mucho. Trabajábamos todos los días. Si no trabajabas, no tenías nada para comer. No teníamos una casa propia tampoco. Debíamos pagar alquiler. Hemos sido 4 pero 2 de mis hermanos mayores ya fallecieron hace 6 años. Mi papa no nos daba nada de plata, no nos ayudaba con la alimentación, nada.
A los 14 años comencé a trabajar en un proyecto: comedor popular para los niños de la calle. Y allí por primera vez me había contratado para cocinar para 150 niños. Allí he trabajado 6 años. Como era el proyecto de 9 a 3 de la tarde tenía mucho tiempo, los estudios casi lo paralicé. Entonces me dediqué a trabajar en producción, como un proyecto de jóvenes en producción audiovisual, hacíamos documentales, programas y todo. Me gustaba mucho. Y en mis tiempos libres en las noches trabajaba en un restaurante, ayudaba a cocinar. Y después volví a estudiar porque gané una beca para estudiar en Cochabamba para educadora popular, pero no sabía las materias avanzadas. Apenas había estudiado hasta sexto de Secundaria, más o menos a los 14-15 años. No había terminado el colegio. Me fui el primer semestre pero estaba en blanco (no sabía nada), todos eran licenciados o bachilleres, entonces retorné a Sucre y decidí de retornar al colegio pero en la noche. He salido bachiller de allí, en 2007. De allí me he postulado a la Universidad. Justamente, el año pasado, he terminado de estudiar en la Universidad. Ahora estoy haciendo mi internado para licenciarme. Durante todo este tiempo que he estudiado, he trabajado como trabajadora de hogar. Y aparte, como siempre, estaba en organizaciones juveniles. Eso me ayudó mucho de aprender otras cosas, y en una de las instituciones me enseñaron a repartir invitaciones por ejemplo, de ir a institución por institución, dejar las invitaciones. Lo que me enseñaron era voluntariado. Pero ya después comenzaron a contratarme, colaborándome para mis estudios, “te ayudaremos con esto para que sigas estudiando”, trabajé repartiendo invitaciones, convocatorias, ayudando a organizar eventos y todas esas cosas.

¿Y eras un dirigente de niños trabajadores?
Cuando tenía 10 años me eligieron como representante de los niños de la calle, la primera defensoría de la niñez que se abrió, con ellos ya empezamos a hacer diferentes actividades para los chicos de los que vendemos en el Mercado Central.
A los 13 años me invitaron a hacer parte de la organización. Cuando tenía más o menos 14 años, ya hablamos de diferentes proyectos, hemos comenzado un comedor popular. Y como me invitaron a esta organización allí, conocimos a otra gente voluntaria de otros países que venían y nos decían: “¡podemos hacer este proyecto!” y nos motivaban. Entonces de esa forma llegamos a comenzar a trabajar el proyecto de la escuelita móvil.

¿Cómo conociste a Gladys?
En el proceso de nuestra formación de líderes. De esa forma, hemos comenzado a aportar en el tema de la construcción de la escuelita móvil. Bueno de esa forma nació y después ya vino una persona, dijo que si podía apoyar con su colegio y entonces se comenzó a gestionar y hacer los materiales. Nosotros hemos jugado poco con la escuelita móvil pero hemos motivado a nuestros compañeros que pueden estudiar con la escuelita móvil, pueden conocer a la profesora Gladys quien es súper amable. Y hemos visto también que la escuelita móvil, especialmente en mi sector, en el tema de los lustrabotas, muchos de ellos que estaban mal en matemáticas por ejemplo lograron a tener buenas notas. La escuelita móvil creo que ha sido una estrategia muy interesante aparte de divertir y jugar por lo menos aprender a desarrollar tu mente y a entender matemáticas.

¿Y ahora qué hacen tú mamá y tu hermano?
Mi mamá ya tiene 66 años, vende tostados de habas en el mercado San Antonio. Ahora lo ve por distracción, mas antes era por necesidad. Ahora mi hermano trabaja en las Zebras que están en la plaza. Mi hermano tiene 22 años. El anteaño pasado salió del colegio e ingreso a la carrera de turismo. Él también ha sido lustra-botas, ha vendido libros, de todo ha hecho. Este último ha sido dirigente de los lava-autos. Y ahora ha tenido la oportunidad de entrar a las Zebras, y ha calificado con buenas notas, con las notas se entra.

¿Y tú ahora?
Ahora me han dado la oportunidad de estar aquí en la fundación Sinp’arispa, hacer mi internado. Estoy trabajando medio día, todo el tema de comunicación, actualmente me ha contratado para hacer proyectos y fortalecer el grupo de voluntarias de las trabajadoras del hogar.
Vivimos los 3, mi mamá, mi hermano y yo, en un cuarto que alquilamos.   


¿Podemos decir que aquí es una cosa cultural que los niños trabajen?
Aquí normalmente lo vemos como normal. En el campo por ejemplo nos vemos niños ya cuidando gallina desde de los 2-3 años, trayendo agua, comida… El trabajo siempre ha sido. Pero eso dentro de la familia. Pero el otro trabajo, que es a fuera de la familia, es más sufrido. En tu familia es más con cariño.

¿Que piensas que el gobierno debe hacer para los niños trabajadores?
Es difícil. La respuesta al nivel internacional es erradicar, hacer desaparecer. ¿Pero que van a hacer? ¿Nos van a matar? Era la pregunta. No pueden, uno es la necesidad, porque nuestros papas no tienen trabajo seguro. No es de dar, si no de generar empleo, progreso económico, de darte seguro social si tú trabajas. Nuestro deseo es que los papas y las mamás trabajen medio día y medio día que se dediquen a nosotros para ayudar a hacer la tarea, para educarnos. Porque ahorita, si te das cuenta, todos somos abandonados, crecemos a lo que podemos. Muchos de nosotros sobresalimos adelante, porque hay compañeros que han salido con mejores notas que yo, con excelencias salió de la Universidad. Hay compañeros que, si, se han metido a las drogas. Hay compañeros que se han vuelto delincuentes, que están en la cárcel. Hay compañeras que se han vuelto trabajadores sexuales, porque han visto fácil esas cosas. Porque al final los papas no han estado para que nos orienten.
Cuando era chica, todos me decían siempre: ¿Porque trabajas?, tu mamá es joven, ¡que trabaje tu mamá! Mi mamá trabaja pero no gana lo suficiente. Entonces yo tengo que trabajar también porque me mata el hambre.


¿Tu mamá te apoyaba para estudiar?
Mi situación ha sido grave. Mi mamá, como no tenía plata, no quería que estudie, ni que entre a la escuela. Es mi abuelito que me ha inscrito al kínder. Después me llevo a la escuela. De allí mi mamá se ha sacrificado para mantenerme en la escuela. Pero termine el primer año de la escuela y lo deje porque lo veía a mi mamá sacrificarse. Si mi profesora me daba tarea, no tenía cuaderno. Ingrese al segundo año de la escuela y cuando vi los problemas económicos, lo deje. Vino la madrina de mi mamá y le dijo: “que se vaya a Santa Cruz, que va a trabajar, va a tener más plata. Allá le van a hacer estudiar”. Pero era mentira, allá no me han hecho estudiar. Mi mamá decía: “si no hay plata, no hay que estudiar”. Aunque me gustaba estudiar. Cuando yo retorne de Santa Cruz, mi mamá se hizo de otra pareja. Llegue de Santa Cruz, me llevo al campo 2 años para vivir y también no me han hecho estudiar en el campo.

¿Cuándo tú mamá tenía otra pareja, la situación económica de tu familia era un poco mejor?
¡Peor! Era súper peor. Mi padrastro era súper malo. Nos maltrataba y nos reclamaba de la comida: “¿Porque están comiendo? ¡No hacen nada! ¡Son flojos!” Allá me puse a trabajar cuidando ovejas de ovejera y cada mes me daba una arroba de trigo, de maíz, eso era mi pago, no plata. De allí me vine con otra señora a Sucre para trabajar como niñera, cuidando a su nieto. Ya me pagaba pero no me pagaba mucho, 50 bolivianos al mes. Allí me daba cuenta que no me gustaba hacer niñera, hacer empleada. Me he retirado y me dedicado a hacer mis trabajos independientes, lavar platos, mas ganaba, ayudaba a cuidar autos. Y mí padrastro fue el que dijo: “Ella debe estudiar, que no sea igual que nosotros”. Porque no sabían leer ni escribir. De esa forma retorne a la escuela. Pero para mí papa biológico era error que una mujer estudie. Hasta ahorita me odia por estudiar. Para el, mejor si me caso y que tenga hijos. A los 13 años me quería hacer casar, ya tenía una persona para que me hagan casar. El chico tenía más o menos como 2 o 3 años mayor que yo.
En el tema de liderazgo, al principio a mi mamá no le gustaban esas cosas, pero se dio cuenta que me gustaba ayudar a los demás y acepto. Cuando tenía que viajar a los congresos, iban los educadores y le explicaron que era muy importante que viaje y mi mamá entendió y yo trabajaba lo triple, entonces yo le daba a mi mamá la plata y ella contenta con el dinero y no me decía nada. Fue difícil pero se logró el reto.

Entrevista / Interview 1/3


Entrevista / Interview 2/3


Entrevista / Interview 3/3

No hay comentarios.:

Publicar un comentario