Yo viví aquí en Sucre, he crecido en la ciudad
de Sucre. Mis papas son de Tarabuco. Yo estaba trabajando desde muy chiquitita.
He trabajado desde los 5 años. Mi primer trabajo era de cuidar a un niño de 2-3
años. No me ha gustado porque lloraba mucho el niño. Después me salí de este
trabajo y mi abuelito me ayudo a conseguir a lavar ropa de niños. A los 7 años
he ido a Santa Cruz, solita sin mis papas, con la hija de la madrina de mi mamá,
a trabajar como niñera por 1 año. Cuando regrese a Sucre, quería trabajar en el
centro porque tenía muchos amiguitos que trabajaban también allí, y también por
la necesidad porque en esta temporada mis papas se habían separado. Entonces
tenía que asumir la responsabilidad de ayudar a mi mamá. Empecé a trabajar en
todo, reunía los cartones, vendía los cartones, lavaba vasos en la noche y en
el día ayudaba a vender comida. En la mañana si estudiaba, mi mamá era
lavandera en este tiempo o ayudaba en el mercado. Mi mamá no tiene profesión,
por eso tiene que trabajar mucho. Trabajábamos todos los días. Si no
trabajabas, no tenías nada para comer. No teníamos una casa propia tampoco.
Debíamos pagar alquiler. Hemos sido 4 pero 2 de mis hermanos mayores ya
fallecieron hace 6 años. Mi papa no nos daba nada de plata, no nos ayudaba con
la alimentación, nada.
A los 14 años comencé a trabajar en un proyecto: comedor popular para los niños
de la calle. Y allí por primera vez me había contratado para cocinar para 150
niños. Allí he trabajado 6 años. Como era el proyecto de 9 a 3 de la tarde
tenía mucho tiempo, los estudios casi lo paralicé. Entonces me dediqué a
trabajar en producción, como un proyecto de jóvenes en producción audiovisual,
hacíamos documentales, programas y todo. Me gustaba mucho. Y en mis tiempos
libres en las noches trabajaba en un restaurante, ayudaba a cocinar. Y después
volví a estudiar porque gané una beca para estudiar en Cochabamba para
educadora popular, pero no sabía las materias avanzadas. Apenas había estudiado
hasta sexto de Secundaria, más o menos a los 14-15 años. No había terminado el
colegio. Me fui el primer semestre pero estaba en blanco (no sabía nada), todos
eran licenciados o bachilleres, entonces retorné a Sucre y decidí de retornar
al colegio pero en la noche. He salido bachiller de allí, en 2007. De allí me
he postulado a la Universidad. Justamente, el año pasado, he terminado de
estudiar en la Universidad. Ahora estoy haciendo mi internado para licenciarme.
Durante todo este tiempo que he estudiado, he trabajado como trabajadora de
hogar. Y aparte, como siempre, estaba en organizaciones juveniles. Eso me ayudó
mucho de aprender otras cosas, y en una de las instituciones me enseñaron a
repartir invitaciones por ejemplo, de ir a institución por institución, dejar
las invitaciones. Lo que me enseñaron era voluntariado. Pero ya después
comenzaron a contratarme, colaborándome para mis estudios, “te ayudaremos con
esto para que sigas estudiando”, trabajé repartiendo invitaciones,
convocatorias, ayudando a organizar eventos y todas esas cosas.
¿Y eras un dirigente de niños trabajadores?
Cuando tenía 10 años me eligieron como
representante de los niños de la calle, la primera defensoría de la niñez que
se abrió, con ellos ya empezamos a hacer diferentes actividades para los chicos
de los que vendemos en el Mercado Central.
A los 13 años me invitaron a hacer parte de la organización. Cuando tenía más o
menos 14 años, ya hablamos de diferentes proyectos, hemos comenzado un comedor
popular. Y como me invitaron a esta organización allí, conocimos a otra gente
voluntaria de otros países que venían y nos decían: “¡podemos hacer este
proyecto!” y nos motivaban. Entonces de esa forma llegamos a comenzar a
trabajar el proyecto de la escuelita móvil.
¿Cómo conociste a Gladys?
En el proceso de nuestra formación de líderes.
De esa forma, hemos comenzado a aportar en el tema de la construcción de la
escuelita móvil. Bueno de esa forma nació y después ya vino una persona, dijo que
si podía apoyar con su colegio y entonces se comenzó a gestionar y hacer los
materiales. Nosotros hemos jugado poco con la escuelita móvil pero hemos
motivado a nuestros compañeros que pueden estudiar con la escuelita móvil,
pueden conocer a la profesora Gladys quien es súper amable. Y hemos visto
también que la escuelita móvil, especialmente en mi sector, en el tema de los
lustrabotas, muchos de ellos que estaban mal en matemáticas por ejemplo
lograron a tener buenas notas. La escuelita móvil creo que ha sido una estrategia
muy interesante aparte de divertir y jugar por lo menos aprender a desarrollar
tu mente y a entender matemáticas.
¿Y ahora qué hacen tú mamá y tu hermano?
Mi mamá ya tiene 66 años, vende tostados de
habas en el mercado San Antonio. Ahora lo ve por distracción, mas antes era por
necesidad. Ahora mi hermano trabaja en las Zebras que están en la plaza. Mi
hermano tiene 22 años. El anteaño pasado salió del colegio e ingreso a la
carrera de turismo. Él también ha sido lustra-botas, ha vendido libros, de todo
ha hecho. Este último ha sido dirigente de los lava-autos. Y ahora ha tenido la
oportunidad de entrar a las Zebras, y ha calificado con buenas notas, con las
notas se entra.
¿Y tú ahora?
Ahora me han dado la oportunidad de estar aquí
en la fundación Sinp’arispa, hacer mi internado. Estoy trabajando medio día,
todo el tema de comunicación, actualmente me ha contratado para hacer proyectos
y fortalecer el grupo de voluntarias de las trabajadoras del hogar.
Vivimos los 3, mi mamá, mi hermano y yo, en un cuarto que alquilamos.
¿Podemos decir que aquí es una cosa cultural
que los niños trabajen?
Aquí normalmente lo vemos como normal. En el
campo por ejemplo nos vemos niños ya cuidando gallina desde de los 2-3 años,
trayendo agua, comida… El trabajo siempre ha sido. Pero eso dentro de la
familia. Pero el otro trabajo, que es a fuera de la familia, es más sufrido. En
tu familia es más con cariño.
¿Que piensas que el gobierno debe hacer para
los niños trabajadores?
Es difícil. La respuesta al nivel
internacional es erradicar, hacer desaparecer. ¿Pero que van a hacer? ¿Nos van
a matar? Era la pregunta. No pueden, uno es la necesidad, porque nuestros papas
no tienen trabajo seguro. No es de dar, si no de generar empleo, progreso
económico, de darte seguro social si tú trabajas. Nuestro deseo es que los
papas y las mamás trabajen medio día y medio día que se dediquen a nosotros
para ayudar a hacer la tarea, para educarnos. Porque ahorita, si te das cuenta,
todos somos abandonados, crecemos a lo que podemos. Muchos de nosotros
sobresalimos adelante, porque hay compañeros que han salido con mejores notas
que yo, con excelencias salió de la Universidad. Hay compañeros que, si, se han
metido a las drogas. Hay compañeros que se han vuelto delincuentes, que están
en la cárcel. Hay compañeras que se han vuelto trabajadores sexuales, porque
han visto fácil esas cosas. Porque al final los papas no han estado para que
nos orienten.
Cuando era chica, todos me decían siempre: ¿Porque trabajas?, tu mamá es joven,
¡que trabaje tu mamá! Mi mamá trabaja pero no gana lo suficiente. Entonces yo
tengo que trabajar también porque me mata el hambre.
¿Tu mamá te apoyaba para estudiar?
Mi situación ha sido grave. Mi mamá, como no tenía
plata, no quería que estudie, ni que entre a la escuela. Es mi abuelito que me
ha inscrito al kínder. Después me llevo a la escuela. De allí mi mamá se ha
sacrificado para mantenerme en la escuela. Pero termine el primer año de la
escuela y lo deje porque lo veía a mi mamá sacrificarse. Si mi profesora me
daba tarea, no tenía cuaderno. Ingrese al segundo año de la escuela y cuando vi
los problemas económicos, lo deje. Vino la madrina de mi mamá y le dijo: “que
se vaya a Santa Cruz, que va a trabajar, va a tener más plata. Allá le van a
hacer estudiar”. Pero era mentira, allá no me han hecho estudiar. Mi mamá
decía: “si no hay plata, no hay que estudiar”. Aunque me gustaba estudiar.
Cuando yo retorne de Santa Cruz, mi mamá se hizo de otra pareja. Llegue de
Santa Cruz, me llevo al campo 2 años para vivir y también no me han hecho
estudiar en el campo.
¿Cuándo tú mamá tenía otra pareja, la
situación económica de tu familia era un poco mejor?
¡Peor! Era súper peor. Mi padrastro era súper
malo. Nos maltrataba y nos reclamaba de la comida: “¿Porque están comiendo? ¡No
hacen nada! ¡Son flojos!” Allá me puse a trabajar cuidando ovejas de ovejera y
cada mes me daba una arroba de trigo, de maíz, eso era mi pago, no plata. De
allí me vine con otra señora a Sucre para trabajar como niñera, cuidando a su
nieto. Ya me pagaba pero no me pagaba mucho, 50 bolivianos al mes. Allí me daba
cuenta que no me gustaba hacer niñera, hacer empleada. Me he retirado y me
dedicado a hacer mis trabajos independientes, lavar platos, mas ganaba, ayudaba
a cuidar autos. Y mí padrastro fue el que dijo: “Ella debe estudiar, que no sea
igual que nosotros”. Porque no sabían leer ni escribir. De esa forma retorne a
la escuela. Pero para mí papa biológico era error que una mujer estudie. Hasta
ahorita me odia por estudiar. Para el, mejor si me caso y que tenga hijos. A
los 13 años me quería hacer casar, ya tenía una persona para que me hagan casar.
El chico tenía más o menos como 2 o 3 años mayor que yo.
En el tema de liderazgo, al principio a mi mamá
no le gustaban esas cosas, pero se dio cuenta que me gustaba ayudar a los demás
y acepto. Cuando tenía que viajar a los congresos, iban los educadores y le
explicaron que era muy importante que viaje y mi mamá entendió y yo trabajaba
lo triple, entonces yo le daba a mi mamá la plata y ella contenta con el dinero
y no me decía nada. Fue difícil pero se logró el reto.
Entrevista / Interview 1/3
Entrevista / Interview 2/3
Entrevista / Interview 3/3